Biografía de Federico Felbermayer

por Brendan J. Gallaher

Afiche Felbermayer

El 16 de diciembre de 1980 los viñamarinos se dieron cita junto con su alcalde, don Edmundo Crespo, en el segundo piso del Palacio Carrasco para la inauguración de la recientemente adquirida colección Felbermayer, que ahora pasaba a enriquecer el inventario pascuense del Museo Fonck con quinientas ochenta y nueve piezas, elevándolo a aproximadamente un mil cuatrocientas piezas.  Aquello fue todo un acontecimiento, ya que dentro del concierto museológico mundial lo colocaba en primer lugar en lo concerniente a esa cultura, con el mayor número de objetos auténticos y antiguos, representativos de Rapa Nui.

Estas piezas procedían, como ya se ha dicho, de la colección formada laboriosamente y con estricto criterio científico a lo largo de los años por el ciudadano austriaco señor Federico Felbermayer Blecha, radicado en Chile poco antes dela Segunda GuerraMundial.

Nacido el 2 de febrero de 1907 en la localidad de Stein an der Donau, cursó Humanidades en Viena, que entonces requería ahí ocho años de estudios, destacando como alumno bueno y aplicado; en esa época participó también en el coro de los Niños Cantores de Viena.  Tras recibirse de Bachiller en Humanidades, se doctoró en ciencias Económicas enla Universidadde Viena, donde también estudió arqueología, disciplina que desde niño le interesó.  Finalmente, enla Escuela Agrícolade Mödling se tituló de Ingeniero Agrónomo.  En la capital austriaca se dio, además, el tiempo para trabajar en el Museo de Ciencias Populares.

Luego, su espíritu inquieto y sus afanes intelectuales lo impulsaron a viajar.  Partió rumbo al archipiélago malayo y ala Oceanía; estuvo en las islas de Sumatra y Borneo y en Fiji.  A lo mejor, desde estas últimas, su mirada se haya extendido unos nueve grados más al Sur, en dirección a Chile, frente a cuyas costas estaba Isla de Pascua y su cultura esperándolo, pero a ella no llegaría sino tras haberse radicado entre nosotros, cuando pudo visitarla en varias oportunidades. Se dice que lo hizo en quince ocasiones, pero sólo tenemos constancia de cinco de sus viajes, uno en 1946 y cuatro en 1957.

La fuerte atracción que aquella isla ejerció sobre él lo indujo a aprender el idioma pascuense.  Fue socio fundador y tesorero, desde sus inicios, dela Sociedadde Amigos de Isla de Pascua.  Mostró especial preocupación, y ello en forma permanente, por promover obras de adelante y bienestar enla Isla, con respecto a la instrucción de la juventud y en materias de vivienda y salud, en particular entre la población del leprosario.

Durante veintiséis años prestó sus servicios ala Compañía Chilenade Tabacos, en Valparaíso ya que antes en Viena, había trabajado también como ingeniero agrónomo en una empresa similar.

Durante los años de su residencia en Chile, publicó una gran cantidad de artículos, principalmente sobre arqueología y etnografía pascuense, tanto aquí como en Austria y Alemania.  Recopiló y publicó en una edición bilingüe pascuense-alemán, las leyendas y tradiciones dela Isla.  Asimismo, colaboró con la revista científica “Orión”, de Alemania, y con la revista de biología dela Universidadde Tübingen; con publicaciones hechas porla Universidadde San Marcos, de Lima, y porla Universidadde Chile.

Por su extensa labor científica y cultural, en febrero de 1969 el Gobierno de Chile le otorgóla medalla José MiguelCarrera lo que, conforme a las normas reglamentarias, lo incorporó automáticamente al Consejo Nacional dela Historia.  Fueel primer extranjero en obtener tal distinción.  Al recibirla, expresó que “esperaba doblar sus esfuerzos en favor de Chile”.  Más tarde, en 1972, el Gobierno de Austria también lo distinguió por similares motivos otorgándolela Cruzde Honor de ese país.

Pocos años antes, el 14 de agosto de 1967, otorgó su testamento ante el Notario de Valparaíso, don Florencio Gándara Villarino, suplente del titular don Rafael L. Barahona Stahr.  Por lo que ahí manifiesta, sabemos que sus padres fueron el señor Johann Felbermayer yla señora Bárbara Blecha.  Era soltero y, a la fecha de testar, residía en Quilpué, en calle San Luis Nº 1153.

Entre los bienes que declara, está su colección de objetos pascuenses, que lega a sus amigos Carlos Schaibele Wörner y Fritz Schenk Sch, y, en defecto de ellos, ala Sociedadde Damas Alemanas de Beneficencia y al Refugio de Cristo.

Pero sus dos amigos fallecieron antes que él y, ya en las postrimerías de su propia existencia, manifestó de palabra que deseaba que sus colecciones pasaran ala Sociedadde Arqueología e Historia Francisco Fonck, de la que era miembro destacado; pero no alcanzó a modificar su testamento.

Falleció el 9 de abril de 1979 tras una vida orientada de lleno hacia la cultura y, de un modo muy particular, haciala cultura Rapa Nui.  Cuanto hizo y cuanto investigó tuvo la inalterable impronta de la labor silenciosa, sin ostentaciones.  No obstante, en el extranjero, se tenían noticias suyas, sin duda debido a la publicación de sus trabajos, y tanto el Museo Británico como el Museo de Viena y también, al parecer, algunas instituciones culturales norteamericanas, tuvieron interés en obtener sus colecciones.

Por consiguiente, le hacen llegar una comunicación al Intendente Regional, Almirante don Arturo Troncoso Daroch, solicitando su intervención de modo de conjurar estos riesgos.  Abogan porque dichas colecciones puedan quedar dentro de la región administrativa de la cual son originarias, vale decir, dela Quinta Región, y más aún, en Viña del Mar, “en un ambiente cultural de alto nivel, con afluencia de visitantes de todo el país y turistas de todo el mundo” – es evidente que están insinuando el Museo Fonck, en el amplio segundo piso que ocupa en el Palacio Carrasco.

“La colección Felbermayer se encuentra guardada actualmente en la residencia del extinto en Quilpué, donde sería preciso se estableciera la protección que su alto valor cultural requiere.  Sería lamentable que por falta de preocupación de nuestra parte o una demora en la tuición superior que se hace imperativa, fuera nuestro país a perder parte o la totalidad de una riqueza que será difícil de recuperar”.  Aquí se nota una vez más el estilo del Dr. Gajardo, llamando a la acción a la autoridad!

Con esta nota,la Sociedadde Arqueología pretendía evitar un remate, cuyo efecto sería la dispersión de las piezas que configuraban aquella colección reunida con esfuerzo y en base a un criterio y con un objetivo determinados, circunstancias que ciertamente aumentaban su importancia, lo que justificaba sobradamente tratar de mantenerla como una sola unidad cultural.  ¡Cuántas colecciones similares han sido aventadas al compás del martillo del subastador, perdiéndose con ello la posibilidad de analizarlas desde la perspectiva de quienes las reunieran!

El siguiente paso lo dio por su cuenta el Dr. Gajardo.  Se contactó tanto conla Sociedadde Damas Alemanas de Beneficencia, representada por la señora Luisa Wulf de Gleisner, como con el Refugio de Cristo, representado por don Jorge Vío Valdivieso y por el R.P. René Pienovi.  Las informaciones que se tienen para esta etapa de la negociación son contradictorias: por un lado se dice que el Dr. Gajardo les compró las colecciones de su peculio personal; él indicaría que las personas aludidas entendieron que aquellos objetos, dispersos, sólo servirían como adornos o souvenir a sus nuevos poseedores, perdiendo su utilidad como fuente de estudio y documentación “y en un bello gesto de grandeza espiritual acordaron cedérselas al Museo Fonck”.

La prensa, naturalmente, no estuvo ajena a las vicisitudes vividas por esta colección. La Gacetadela Costa, en su edición correspondiente a Octubre-Noviembre de ese año 1980, subtitulaba un artículo publicado al respecto con la noticia de que el “Museo Británico y centros de arte norteamericanos ofrecieron adquirir la colección del arqueólogo Federico Felbermayer”.  Asimismo, el diario El Mercurio de Valparaíso, en su edición del 16 de octubre, bajo el título de “Una importante donación hacen a museo viñamarino”, informa que “valiosos objetos de artesanía dela Islade Pascua recibió en donación el Museo de Arqueología e Historia Natural Dr. Francisco Fonck, de dos instituciones que, en base a un primer testamento del investigador Federico Felbermayer, habían heredado al fallecer éste en Quilpué”.  Más adelante, en el mismo artículo, el Dr. Gajardo le comenta al periodista que  “este es un tesoro incalculable que para felicidad de nuestro país, ha pasado a integrar los valores que tiene este Museo local”.

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